Hemos pasado una semana en familia, con nuestra bebé de 8 meses y nuestra suegra, nosotros nos alojamos en la habitación 510, que tiene además de un balcón con vistas estupendas a la playa, una terracita privada con dos tumbonas, por si te apetece tomar el sol a tu aire o desayunar, comer o cenar de forma más íntima.
Las camas son grandes y con unos colchones tipo látex, súper cómodos, ni blandos, ni duros, perfectos. El desayuno abundante y variado, además el personal del comedor simpático y siempre atento.
No es un hotel 5 estrellas, pero es limpio, cómodo, con un personal amable y servicial y está muy bien ubicado.
Se alojó en Agosto 2013 con su familia
* ¿Le recomendarías este hotel a un amigo? Sí
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